jueves, 8 de marzo de 2012

Bitácora XII (no es BItácora, pero vale)


(no es Bitácora)

Para la lengua, el paréntesis es un signo que encierra elementos incidentales, de menor relevancia o aclaratorios. Pero hoy preferimos ver el significado del paréntesis desde el maravilloso mundo de las matemáticas.
Una vez más -como se empecinó en demostrar toda su vida el tío Julito- el aparentemente duro campo de las matemáticas nos revela su costado humano, casi literario.
Porque allí, estos simbolitos que se sonríen entre sí, se dedican a agrupar, a unir. “Los problemas  -dicen las matemáticas- se resuelven desde allí adentro hacia fuera”, como si lo que está protegido entre ambos paragüitas estuviese dotado de una fuerza interna inherente.
Y nosotros nos encontramos relajados dentro de un paréntesis. Nada mejor para definir esta pausa.
Interrumpimos la cansada marcha del Aguará para volar hasta San Salvador de Bahía, en el norte de Brasil, a encontrarnos con la familia de Yayo unos días.
Y acá andamos, disfrutando de dos sobrinitos como al solcito acogedor de una mañana invernal.
Brasil brilla, resplandece con su música y sus playas, su africanía latente y su hablar cantando. Y no podría existir mejor escenario para curtir a hermanos, cuñadas, viejos y sobre todos sobrinos.
Caricias de hace tanto. Retrasadas. Desencontradas.
Que siempre llegan corriendo a la estación pero que no pierden el tren.

No hay comentarios:

Publicar un comentario